Mi madre cumple este año 87 años y aunque ha llegado hasta esa edad sin grandes achaques y con suficiente independencia, aunque necesite ayuda obviamente, estos últimos meses hemos notado una caída en picado que está volviéndonos locos a todos. Creemos que su cerebro ha dejado de funcionar correctamente, que la degeneración que sufrimos a esas edades ha terminado de causar mella en ella. En otras palabras, demencia senil.
Intento que no pueda conmigo pero a veces me dice unas cosas con las que no puedo continuar y tengo que frenar en seco para desahogarme y poder seguir hacia adelante. Mi madre siempre ha sido una persona cariñosa, un poco cabezota eso sí, pero un encanto de mujer y últimamente es otra, no es la misma. Sin ir más lejos, ayer salí a dar un paseo con mi marido y la dejé al cuidado de una chica, auxiliar de geriatría, que tenemos contratada en casa. Cuando regresé estaba decaída y le pregunté si se encontraba bien pero su respuesta me dejó helada: “Yo te perdono” me dijo, “te perdono, porque sé que quieres que me muera para descansar y quedarte con el dinero”.
En ese momento me quedé sin respuesta, no sabía qué hacer o cómo reaccionar. Ella jamás habría dicho algo así en su sano juicio porque sabe, además, que es mentira y que con eso lo único que hace es daño pero, ya no se le puede tener en cuenta lo que dice, así que no le hice caso y salí de la habitación. Lloré lo que me hacía falta y regresé a los pocos minutos con su cena y sus pastillas.
Soy consciente de que no tiene culpa, de que no sabe lo que dice y que, si lo sabe, no es ella misma la que piensa esas cosas, pero eso no me evita el dolor de escuchar sus palabras. En ocasiones, aunque muy aisladas, se ha llegado a poner violenta conmigo o con la chica que nos ayuda por cualquier tontería y esto, cada día, va a más.
Un poco de ayuda extra especializada
Uno de los mejores centros especializados en el tratamiento de la demencia senil es el Centro Asistencial Benviure, con quienes ya he contactado para inscribir a mi madre y me mantengo a la espera de que haya plazas. Si seguís el enlace veréis que en su web explican todo el trabajo que hacen con los internos y han conseguido frenar el avance de la enfermedad en muchos casos. No espero que mi madre vuelva a ser la de antes, pero sí que podamos sobrellevar la enfermedad hasta que llegue el momento de despedirnos porque, en el estado en el que está ahora, es muy complicado ayudarla, atenderla e incluso hablarle.
Sé que no somos la única familia que estamos pasando por este problema porque, desgraciadamente, la demencia senil es un mal común que afecta a gran parte de nuestra población en edad avanzada, pero nadie sabe lo que es tratar con un enfermo de estas características hasta que lo tiene en casa.