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Uvas y vino, bueno para el paladar y la salud

Hablar de uvas nos lleva a pensar en dos cosas: fin de año y vino. A los más castizos, posiblemente a un manjar de pastores como la acertada combinación de pan, uvas y queso. No necesariamente en este orden, pero si, la uva se asocia de forma intrínseca a esas finalidades, convertirse en uva de la suerte o en zumo de la misma fermentado. Aunque es fácil encontrar uvas de mesa como colofón a una comida, cena o un mero tentempié. No hay que olvidar que las uvas son una de las frutas con mejores propiedades para el organismo y, su consumo conlleva saludables beneficios para la salud.

Ya sea en su estado natural, en forma de vino o como fruta desecada, las uvas, forman parte de la cultura popular de todo el mundo y, por supuesto de la dieta. Comer uvas es algo que deberíamos tener por hábito, como sucede con cualquier fruta y no solo como tradición navideña. Pues el momento cumbre de esta fruta otoñal se produce en estas fechas, donde son las estrellas de la última noche del año.

Uvas hay de diversos tipos, incontables variedades y numerosas posibilidades. Basta con acercarse a un vivero y adentrarse en su cultivo como nos han mostrado en PlantVid, donde las vides y su cultivo son lo principal, para conocer infinidad de cosas de esta maravillosa fruta y, por supuesto, su cultivo y variedades. Desde la raíz misma, hasta su vendimia, hemos recorrido las propiedades de la uva y sus beneficios para el organismo. Ya sea como una dulce y deliciosa fruta o como un buen vino para deleitar a los sentidos. Si te interesa conocer con más detenimiento estas propiedades, sigue leyendo ya que en este artículo vamos a hablar sobre sus bondades.

De la vid o la parra, en cualquier caso, uvas

Exactamente, en cuestiones de beneficios, poco importa si la uva procede de la vid o de una parra. En tanto que la vid hace referencia a la planta, la parra hace lo propio respecto a su estructura o soporte. En cualquier caso, son uvas y sus propiedades y finalidades las mismas. Matices a parte, la uva es una fruta que destaca por su sabor dulce y sus beneficios para la salud, debido a que es rica en vitaminas como la C y la K, potasio y antioxidantes como el resveratrol que favorece la salud cardiovascular, ayuda en la prevención de ciertos tipos de cáncer, mejora la digestión y fortalece el sistema inmune. Además, sus múltiples propiedades, son excelentes aliados contra el envejecimiento de la piel, gracias a que proporciona una excelente hidratación y sus propiedades antioxidantes.

Decir que una dieta equilibrada y rica en frutas, verduras y cereales, es la mejor forma de gozar de una buena salud, es algo evidente y sabido por todos, pero que nunca está de más recordarlo. Así como recordar los numerosos beneficios que la uva pone al servicio de nuestra salud. Entre las cuales encontramos una fuente rica en nutrientes esenciales para el organismo y antioxidantes como los que vamos a citar a continuación.

Respecto a las vitaminas, contiene cantidades nada desdeñables de vitaminas C y K. La primera, fundamental para un buen funcionamiento del sistema inmune, la piel y los tejidos, debido a su poder antioxidante que protege del daño que causan los radicales libres. Respecto a la vitamina K, es de gran importancia para la coagulación de la sangre y mantener una buena salud de los huesos, puesto que mantiene la densidad ósea, reduciendo el riesgo de sufrir fracturas.

Además, las uvas contienen potasio, un mineral esencial para el correcto funcionamiento de células, nervios y músculos que, a su vez, ayudan a mantener los niveles de presión arterial y previene los incomodos calambres musculares.

La piel de la uva, es una excelente fuente de resveratrol, antioxidante con propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas. Este antioxidante se asocia con la reducción del riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer. Otro de los antioxidantes que podemos encontrar en las uvas, son los flavonoides, compuestos que, por igual, mejoran la salud del corazón, reduciendo la inflamación e incrementa la flexibilidad de los vasos sanguíneos.

Estas propiedades, demuestran que incluir uvas en la dieta diaria, puede contribuir a mejorar la salud en general y proteger al organismo frente a numerosas enfermedades.

Su composición nutricional por cada cien gramos proporciona 67 calorías, 0,4 gramos de grasa, 0,1 gramos de ácidos grasos, nada de colesterol, 2 mg de sodio, 191 de potasio, 17 gramos de carbohidratos de los cuales 16 son azucares, 0,6 gramos de proteína y 0,9 de fibra. De la citada vitamina C 4 mg y 14 de calcio entre algunos otros nutrientes. Con esta composición no es de extrañar que su consumo nos proporciones los numerosos beneficios citados y los que vamos a citar a continuación.

Lo que conlleva comer uvas o beber vino

Podemos decir que comer uvas, a buen seguro sea mejor que tomar su versión líquida en forma de vino. Aunque el vino, por igual, en cantidades moderadas, suele proporcionar similares beneficios. Razón por la que podemos extrapolar algunas de ellas.

Una de esas bondades que tiene la ingesta de habitual de uvas es que nos mantiene jóvenes. Como ocurre con la mayoría de los frutos rojos, cuenta con unas excelentes propiedades antioxidantes. En el caso de la uva negra, contiene resveratrol, del que ya hemos hablado, una sustancia cuya misión es interceptar y bloquear los radicales libres que producen el temido envejecimiento de la piel.

En lo que a prevención de enfermedades respecta, comer uvas, conlleva una mejora del flujo sanguíneo, puesto que actúa como vasodilatador, reduciendo de esta manera la posibilidad de sufrir una trombosis. Esta propiedad las convierte en aliados de excepción para las personas que sufren hipertensión, puesto que su elevado contenido en potasio, reduce la presión sanguínea.

Debido a sus propiedades diuréticas, podemos decir que es beneficiosa frente a la retención de líquidos, elimina las toxinas del cuerpo y ayuda a eliminar el exceso de líquido intersticial que forma los incomodos edemas en el cuerpo.

Existe la creencia errónea de que la ingesta de uvas no es saludable si se padece de diabetes. Recientes estudios, aseguran que comer veinte gramos de uvas al día, permite estabilizar y reducir los niveles de azúcar en sangre, por lo que retrasa o previene que se desarrolle diabetes de tipo dos.

Comer uvas mejora nuestro estado de ánimo, en forma de vino, esta mejora puede ser incluso más notable. También contribuye a mejorar la memoria. Esto se debe a la presencia de las vitaminas, el potasio y el azúcar natural que aporta. Hay que tener en cuenta que el cuerpo necesita combustible para funcionar de forma correcta y realizar los esfuerzos físicos necesarios. Los más jóvenes de la casa que requieren de mayor ingesta de energía, pueden encontrar en las uvas ese aporte extra necesario.

Tanto la función renal como la hepática pueden verse reforzadas por el consumo habitual de uvas. En este caso, en forma de vino puede no ser lo más aconsejable debido al alcohol. Lo cierto es que la alimentación que llevamos en la actualidad pasa por ser menos natural y más procesada, por lo que es común padecer problemas renales o hepáticos, derivados de una deficiente alimentación. Las propiedades desintoxicantes de la uva, ayuda a prevenir el hígado graso o la nefritis, acelerando el metabolismo, mejorando la filtración y el funcionamiento de estos órganos vitales.

Ya hemos mencionado que las uvas cuentan con unas excelentes propiedades antiinflamatorias. Esta propiedad es especialmente útil en casos de padecer artritis reumatoide, colitis ulcerosa o psoriasis por citar algunos ejemplos. Del mismo modo que ayuda a retrasar o evitar que se desarrolle osteoporosis. Esta enfermedad es cada vez más común y se produce cuando la regeneración del hueso y la formación de tejido óseo se produce con mayor lentitud que la pérdida del mismo, lo que favorece las fracturas o roturas de hueso. El boro presente en la uva evita la perdida de calcio, magnesio y fosforo, favoreciendo el crecimiento de tejido óseo.

Por último, citaremos que se trata de un excelente alimento contra el estreñimiento, sea crónico o puntual. Su elevado contenido en agua junto a un contenido de fibra muy alto, convierte a esta fruta en un excelente aliado para mejorar y favorecer el tránsito intestinal. Mejor si se consumen como postre y tras la cena.

En conclusión podemos asegurar que las uvas, como todas las frutas, son excelentes aliados para la salud. En este caso particular, como se trata de una fruta que tiene finalidades muy particulares como la elaboración de vino o incluso, como dulce natural en forma de pasa, podemos añadir que en estas versiones, también ofrece diversos beneficios. La mayoría compartidos con la fruta. Particularmente, la ingesta de vino, de forma moderada supone una serie de beneficios para el organismo, siempre y cuando se trate de una ingesta adecuada y nada excesiva, puesto que el alcohol presente en la bebida, en exceso puede contrarrestar sus propiedades saludables. Como pasas, conviene cuidar las cantidades pues su aporte calórico en forma de hidrato de carbono es bastante superior al de la uva natural. Por lo demás, como fuere, disfrutar de este regalo de la naturaleza debería ser habitual.

 

 

 

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