Durante la semana, los niños suelen pasar la mayor parte del tiempo repartida entre el colegio y las actividades extraescolares. Por eso, cuando llega el fin de semana están deseosos de hacer cosas y disfrutar de su tiempo libre, que es también el tiempo de ocio de sus padres. Durante estos dos días es cuando padres e hijos suelen coincidir juntos para organizar planes.Muchas veces, los planes que gustan a los más pequeños no son los mismos que gustan a los mayores, o a la otra parte le parecen aburridos.
Por ello, desde este artículo os vamos a proponer algunas actividades que podéis llevar a cabo todos los miembros de la familia juntos.
La primera idea es disfrutar del cine todos juntos. Bien viendo la misma película o cada uno la adaptada a su edad y encontrándoos después a la salida de las salas de proyecciones. No obstante, se trata de un plan para el que se necesita dinero, ya que de un tiempo a esta parte el precio de las entradas ha ido subiendo hasta llegar casi a los 10 euros, que sumados al coste de las palomitas o del refresco se nos puede salir del presupuesto. Otra opción es montárselo uno mismo en casa. Una película en una tienda puede rondar los 15 euros o menos, mientras que las palomitas que hacemos en el microondas no pasan del euro. Así, tendremos un plan más adaptado a todos los presupuestos.
Otra opción puede ser hacer un recorrido por los museos. Se trata de un lugar en el que tanto mayores y pequeños pueden disfrutar. Para ellos será una experiencia enriquecedora, mientras que nosotros contemplaremos las obras. Pero además de los museos al uso, como las pinacotecas, podemos buscar nuevas alternativas que sean más del agrado de los niños. Por ejemplo, muchas ciudades acogen museos de temáticas más entretenidas, como aquellos que hablan de la historia de los juguetes, los museos de cera, aquellos dedicados a los animales, etc.
Pasar el fin de semana entre la naturaleza es otra opción que suele gustar a todos. Para aquellos que tengan pueblo, se trata de un plan cómodo y asequible. También es posible alquilar una habitación en una casa de turismo rural. Además de las propias actividades que podemos practicar en el campo, como pasear, recoger setas o hacer senderismo, entre otras, proliferan ahora muchos centros de actividades en la montaña. Un posible plan es aprender a montar a caballo. Otro podría ser inscribirnos en una yincana o en un centro donde jugar al paintball.
Si queremos quedarnos en la ciudad, no tenemos por qué renunciar a practicar deporte con los más pequeños. Cualquier villa cuenta actualmente con espacios públicos para jugar al tenis, al fútbol, practicar baloncesto… En caso incluso de no encontrar una pista específica, patinar podría ser otra opción.
Por último, si estos planes más convencionales no terminan de gustarnos, podemos buscar alternativas más originales que compartir con los niños, como apuntarnos a cursos de pintura, de cocina, de manualidades, acudir a un parque de atracciones… Un sinfín de opciones a las que solo pone límite nuestra imaginación.