Después de ver lo mal que lo pasaban mis niñas, tomé la iniciativa de que no solo fueran ellas, también nosotros los padres. A nadie nos apetece de primeras ir al dentista, pero es necesario si queremos mantener una buena salud bucal.
Deseaba que mis niñas perdieran el miedo al dentista
Realmente el mundo de la salud bucodental ha avanzado bastante en estos últimos años. Antiguamente ir al dentista era sinónimo de sufrir sí o sí inmensos dolores. Imaginemos a principios de siglo XX o antes como era ir al dentista, en muchos sitios, te podían sacar una muela con unas tenazas y quedarse tan tranquilos.
El dolor era algo que se asumía y no había demasiadas maneras de remediarlo. Poco a poco fueron viendo nuevos métodos y la tecnología avanzó hasta lo que es hoy en día. Está claro que en algún determinado tipo de patologías dentales se sufre un poco, pero es normal, aun así con las técnicas que hay más el adormecimiento, el panorama ha mejorado bastante.
A mí, personalmente tampoco me apetecía ir demasiado al dentista, pero era consciente de que era lo mejor para ellas y así vivirían una vida sin miedo al dentista. Por eso terminé animando incluso a mi mujer para que fuese. Realmente nos hacíamos nuestras revisiones cuando debíamos, pero era un acto más para las niñas, así que nos pusimos en marcha,
Solemos ir a dentistas diferentes, pero en esta ocasión optamos por ir donde iba una amiga una de mis hijas que es donde va mi mujer. La Clínica Dental Olivares está entre las más famosas de la ciudad y lo cierto es que las instalaciones son de primer orden.
Muy amablemente nos recibieron y hablaron con las niñas, a las que tranquilizaron, luego una revisión y una de ellas lo más seguro es que tenga que llevar aparato por uno de los paletos que no le está creciendo como debería.
La clínica tenía todo lo que uno necesita para que la visita sea lo más placentero posible, ya que no olvidemos que no va uno al cine, pero sí que te hacen sentir tranquilo y que estás en las mejores manos.
La filosofía de esta clínica dental de Albacete es “sonríe y cómete el mundo”. Lo cierto es que de eso se trata y tener una buena salud en la dentadura nos hace tener una mejor vida. Muchas veces estamos tan centrados en si dolerá que parece que olvidásemos para qué vamos al dentista. Se va para no tener dolores y que podamos conservar el máximo de piezas dentales posibles.
Creo que lo más positivo de todo esto es que mis hijas le han perdido el miedo a ir al dentista, uno de los objetivos sino el principal que tenía la visita al dentista. Si tienes hijos o incluso para ti mismo, te recomiendo encarecidamente que acuda a tu dentista o clínica dental. Solo hay que buscar una que tenga buenas opiniones y que sea experimentada, o también preguntar a tu círculo de amigos o familiares. Lo fundamental es que pierdas ese miedo si es que lo tienes. Tu salud depende en gran medida de tu boca.