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¿Qué enfermedades destruyen tu flora intestinal?

Hoy quiero hablarte de algo que quizá no te parezca lo más emocionante del mundo, pero que influye en cómo te sientes cada día, aunque no lo notes: tu flora intestinal. Seguro que has oído hablar de ella en anuncios de yogures o suplementos, pero ¿sabes realmente qué es? Más aún, ¿te has parado a pensar en lo mucho que afecta a tu cuerpo y a tu estado de ánimo?

Imagina que tu intestino es un pequeño ecosistema lleno de vida, donde millones de bacterias trabajan sin descanso para que todo funcione bien. Pero este equilibrio es frágil. El estrés, la mala alimentación, los antibióticos o incluso dormir mal pueden alterarlo sin que te des cuenta. Y cuando eso pasa, empiezas a notarlo: digestiones pesadas, hinchazón, bajones de energía, piel apagada o incluso cambios de humor sin explicación aparente.

Lo bueno es que, así como puede debilitarse, también puede recuperarse. La pregunta es: ¿estás cuidando a esos pequeños aliados que trabajan para ti todos los días? Si nunca te lo habías planteado, no te preocupes, porque aquí vamos a ver juntos cómo proteger y fortalecer tu microbiota para que tú también te sientas mejor.

 

¿Qué es la flora intestinal y qué tipos existen?

La flora intestinal, también llamada microbiota, es un conjunto de microorganismos que viven en nuestro intestino.

Aunque suene raro, tenemos millones y millones de bacterias dentro de nosotros, y muchas de ellas son beneficiosas. Ayudan a digerir los alimentos, producen vitaminas, refuerzan el sistema inmunológico y mantienen a raya a microorganismos perjudiciales.

 

Existen varios tipos de bacterias en nuestra microbiota, pero las principales son:

 

  • Bacterias beneficiosas: Como las bifidobacterias y los lactobacilos, que ayudan a la digestión y protegen contra infecciones.
  • Bacterias oportunistas: Están ahí sin causar problemas, pero si la flora beneficiosa se debilita, pueden multiplicarse demasiado y volverse perjudiciales.
  • Bacterias patógenas: Son las que pueden causar infecciones y enfermedades. Si la flora intestinal está equilibrada, estas bacterias no pueden crecer demasiado.

Cuando la flora intestinal está en buen estado, todo funciona bien. Pero cuando se altera, pueden aparecer problemas digestivos, bajada de defensas y hasta trastornos del estado de ánimo.

Y eso nos lleva al siguiente punto…

 

Enfermedades que afectan a la flora intestinal

Hay varias enfermedades que pueden desequilibrar la flora intestinal. Aquí te cuento algunas de las más comunes:

 

  1. Disbiosis intestinal

  • ¿Qué es? Es un desequilibrio en la microbiota intestinal, cuando las bacterias beneficiosas disminuyen y las perjudiciales aumentan.
  • Síntomas: Problemas digestivos (diarrea, estreñimiento, hinchazón), fatiga, infecciones recurrentes, problemas en la piel, entre otros.
  • Causas: Mala alimentación, estrés, antibióticos, enfermedades crónicas.

 

  1. Síndrome del intestino irritable (SII)

  • ¿Qué es? Un trastorno crónico que afecta el intestino y suele estar relacionado con una flora intestinal alterada.
  • Síntomas: Dolor abdominal, hinchazón, diarrea o estreñimiento.
  • Causas: Estrés, mala alimentación, infecciones previas.

 

  1. Enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa

  • ¿Qué es? Son enfermedades inflamatorias intestinales que pueden dañar seriamente la microbiota.
  • Síntomas: Dolor abdominal, diarrea, pérdida de peso, fatiga.
  • Causas: Factores genéticos, alteraciones del sistema inmunológico.

 

  1. Candidiasis intestinal

  • ¿Qué es? Un crecimiento excesivo del hongo Cándida en el intestino.
  • Síntomas: Fatiga, hinchazón, gases, antojos de azúcar, infecciones recurrentes.
  • Causas: Exceso de azúcares y carbohidratos refinados, uso prolongado de antibióticos, estrés.

 

  1. Intolerancia a la lactosa

  • ¿Qué es? Es la dificultad para digerir la lactosa, el azúcar presente en la leche y sus derivados, debido a una deficiencia de la enzima lactasa. Este problema puede alterar la microbiota intestinal.
  • Síntomas: Hinchazón, gases, diarrea, dolor abdominal.
  • Causas: Deficiencia enzimática, predisposición genética, daño en la mucosa intestinal.

 

  1. Gastroenteritis infecciosa

  • ¿Qué es? Es una inflamación del estómago y los intestinos causada por virus, bacterias o parásitos. Puede alterar gravemente la flora intestinal.
  • Síntomas: Náuseas, vómitos, diarrea, fiebre, malestar general.
  • Causas: Consumo de agua o alimentos contaminados, infecciones virales o bacterianas.

 

Todas estas enfermedades pueden afectar el equilibrio de tu microbiota intestinal, pero con los cuidados adecuados, es posible fortalecerla y recuperar su función óptima.

 

Otras cosas que perjudican la flora intestinal

Aparte de las enfermedades, hay otros factores que pueden dañar la microbiota:

  • Mala alimentación: Comer demasiados ultraprocesados, azúcares y grasas trans altera la flora intestinal.
  • Estrés: El estrés afecta directamente al intestino y puede desequilibrar la microbiota.
  • Falta de fibra: La fibra alimenta a las bacterias buenas, y si no consumes suficiente, se debilitan.
  • Uso excesivo de antibióticos: Los antibióticos matan tanto a las bacterias malas como a las buenas, alterando el equilibrio de la flora.
  • Falta de sueño: Dormir mal también afecta la microbiota y el sistema inmunológico.

 

¿Cómo saber si tu flora intestinal está dañada?

Tu cuerpo tiene formas de avisarte cuando algo no va bien, y la flora intestinal no es la excepción. Si está desequilibrada, lo notarás en varios aspectos de tu salud.

Uno de los primeros signos es la digestión. Si sufres hinchazón constante, gases, estreñimiento o diarrea sin una razón clara, es posible que tu microbiota esté alterada. También puedes notar que ciertos alimentos te sientan peor de lo habitual o que después de comer te sientes pesado y sin energía.

Pero los efectos no se quedan solo en el sistema digestivo. ¿Te sientes más cansado de lo normal o te cuesta concentrarte? La microbiota influye en la producción de neurotransmisores como la serotonina, que afectan tu estado de ánimo. Si tu flora está dañada, podrías sentirte más irritable, ansioso o con cambios de humor sin explicación.

Además, una microbiota debilitada puede afectar tu sistema inmunológico, haciendo que enfermes con más frecuencia o que te cueste recuperarte. Incluso tu piel puede resentirse, con brotes de acné, sequedad o sensibilidad.

Si notas varios de estos síntomas de manera recurrente, es una señal clara de que tu flora intestinal necesita un poco más de atención. ¡Pero la buena noticia es que puedes ayudarla a recuperarse!

 

¿Cómo restaurar la flora intestinal con cosas de casa?

Si notas que tu intestino no anda bien, hay varias cosas que puedes hacer desde casa para restaurar tu flora:

  • Come más alimentos fermentados: Yogur natural, kéfir, chucrut, kimchi o kombucha contienen probióticos naturales que ayudan a reponer bacterias buenas.
  • Incluye más fibra en tu dieta: Verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales son clave para alimentar a las bacterias buenas.
  • Reduce los azúcares y ultraprocesados: Estos alimentos favorecen el crecimiento de bacterias malas y hongos como la Candida.
  • Bebe suficiente agua: La hidratación es clave para un buen tránsito intestinal y para mantener la microbiota sana.
  • Duerme bien y maneja el estrés: La falta de sueño y el estrés pueden alterar el equilibrio de la flora intestinal.

 

¿Cómo restaurar la flora intestinal con productos y medicamentos?

Si los cambios en la dieta no son suficientes, puedes recurrir a ciertos productos que ayudan a reequilibrar la flora:

  • Probióticos: Probactis, quienes venden una gama de probióticos y enzimas para niños y adultos que contribuye al equilibrio de las distintas microbiotas del cuerpo, promoviendo el bienestar general y el funcionamiento normal del sistema digestivo, respiratorio e inmunitario, nos explican que “son suplementos que contienen bacterias beneficiosas como Lactobacillus y Bifidobacterium”. Puedes encontrarlos en farmacias o tiendas especializadas.
  • Prebióticos: Son fibras que alimentan a las bacterias buenas y ayudan a su crecimiento. Se encuentran en alimentos como plátanos, ajo, cebolla y espárragos, pero también hay suplementos específicos.
  • Simbióticos: Combinan probióticos y prebióticos en un mismo producto para potenciar su efecto.
  • Medicamentos específicos: En algunos casos, los médicos pueden recetar fármacos para tratar problemas digestivos graves que afectan la flora intestinal.

 

Cuando tu flora está sana, tú también lo estás

Seguro que alguna vez has sentido mariposas en el estómago cuando estás nervioso o un nudo cuando algo te preocupa. No es casualidad: tu intestino y tu cerebro están más conectados de lo que imaginas. Y en el centro de esa conexión está tu microbiota, ese pequeño universo de bacterias que vive en tu intestino y que influye en mucho más que la digestión.

Si tu flora intestinal está en equilibrio, no solo absorbes mejor los nutrientes, sino que también refuerzas tu sistema inmunológico, tienes más energía y hasta mejoras tu estado de ánimo. Sí, porque un intestino sano favorece la producción de serotonina, la hormona de la felicidad. Así que, cuando tu microbiota está bien, es más fácil que tú también te sientas bien, tanto física como emocionalmente.

Además, influye en tu piel, en cómo descansas y hasta en cómo gestionas el estrés. Por eso, cuidarla es clave: comer más fibra, evitar los ultraprocesados y apostar por alimentos fermentados puede marcar la diferencia. En definitiva, si tratas bien a tu flora intestinal, ella hará lo mismo por ti. ¡Y lo notarás en todo tu cuerpo!

 

Ahora, ya sabes un poco más

Nuestra flora intestinal es una parte fundamental de nuestra salud, pero muchas veces la descuidamos sin darnos cuenta. Las enfermedades, el estrés, la mala alimentación y ciertos medicamentos pueden debilitarla, pero la buena noticia es que podemos restaurarla con hábitos saludables y algunos productos específicos.

Si notas que tu digestión no es la mejor o que te sientes más cansado de lo normal, quizá sea el momento de darle a tu flora intestinal la atención que merece.

Ahora dime, ¿has notado algún cambio en tu bienestar cuando mejoras tu alimentación?

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