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Pintar la casa puede ser una actividad familiar

Es uno de los momentos más temidos de la convivencia. Ese día en el que ya no hay más vuelta de hoja y hay que pintar la casa. Las manchas, las travesuras de los más pequeños, los golpes, la contaminación, etc… han provocado que las paredes ya no sean las mismas y necesiten una mano de pintura. Al igual que pasa con nuestra piel, así que hay que ponerse a ello. Si no se mantiene la calma y se intenta hacer del pintar la casa una actividad familiar, hay muchas posibilidades de que todo acabe en caos. Así pues te vamos a dar una serie de consejos si has decidido a darle una mano de pintura a tu vida.

Estas son algunas ideas que los padres pueden emplear para enseñar a los hijos a pintar lugares interiores incluyen los siguientes pasos básicos.  Esperemos que os ayuden.

Lo primero que tienes que hacer es saber comprar la pintura. Te recomiendo que lo compres en Multipinturas, ya que son especialistas en todo tipo de pinturas, desde pinturas para interiores o de hormigón hasta la pintura chalk Paint o pintura para metales. Además te puedes ahorrar unos cuantos euros.

Manos al rodillo

Además en esta actividad pueden participar perfectamente los niños. Al mezclar la pintura, seleccionar las brochas y los rodillos apropiados, cada hijo puede sentirse útil a medida que los padres le asignan un trabajo o deciden juntos cómo van a aplicar la pintura o brindar ayuda unos a otros. Habrá momentos de risa, también alguno de tensión, pero habrá que saber controlarse y tener paciencia.

Hay que preparar la superficie que se desea pintar, para ello es necesario limpiarla.  Nada de polvo ni ningún otro material que interfiera con la pintura nueva. Los hijos pueden hacer esta tarea, o incluso limpiar con un trapito cualquier parte que necesita, desempolvar las esquinas, quitar los clavos o tornillos de las paredes y resanar los huequitos o imperfecciones de la pared. Se van a sentir útiles y sobre todo, no van a estar dando la lata.

Nos ponemos ya manos a la obra. Es el momento en el que los padres pueden orientar a los hijos al aplicar la pintura y posteriores capas sucesivas de pintura. De este trabajo los más pequeños pueden aprender a tener paciencia, ser cuidadosos en la aplicación y sentir felicidad una vez que terminan el proyecto familiar. Quizás no quede tan profesional, pero seguro que a medio-plazo te darás cuenta de que mereció la pena. Y más en una sociedad donde podemos comprobar día a día, la falta de comunicación que existe entre padres e hijos. Ahora mismo la tablet  y el móvil han sustituido esa labor. Es la eterna pregunta de cuánto tiempo tienen que estar los hijos con la tecnología.

Confesiones

Con estas medidas, las familias pueden encontrar maneras eficaces de enseñar valores a sus hijos, de fomentar la comunicación a medida que completan el trabajo y de promover la creatividad en los niños y jóvenes. Seguro que ellos se van a sentir orgullosos de su trabajo y tú de ellos. Entre brochazo y brochazo surgirán revelaciones, sentimientos y os notaréis mucho más cercanos.

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