En nuestra sociedad tenemos un montón de tópicos asociados a la edad y no todos son ciertos. Por ejemplo, creemos que los mayores son un peligro al volante, y ahora veremos que la realidad no se acerca para nada a esta afirmación. Mientras, por otro lado, vemos a los niños como una de las patas más débiles de la sociedad, y eso sí del todo cierto. No hay más que ver lo que están sufriendo los pequeños que viven en Siria o los más de 40.000 menores que mueren al año en todo el mundo por cualquier tipo de maltrato infantil. Y por favor, si conocéis algún caso, ayudadles, acudir al despacho de abogados Durán y Durán para que os asesoren sobre cómo poner a esos pequeños fuera de peligro.
Pero a lo que íbamos, lo de que los mayores al volante son un riesgo es un tópico incorrecto. De hecho, todos hemos vivido la situación. Un coche antiguo que circula más lento que el resto y que recibe las reprimendas de los demás conductores. Al adelantarlo, las frases de rigor: “Qué peligro tienen los mayores”, “No están ya para conducir” o “Siempre causando atascos”. Pero… ¿son realmente tan peligrosos los mayores de 65 años cuando se ponen al volante o es un prejuicio injustificado del resto de automovilistas? La cuestión no es intrascendente, teniendo en cuenta el gran cambio demográfico experimentado por España en las últimas décadas. No en vano, actualmente el 18 por ciento de la población de nuestro país es mayor de 65 años; un porcentaje que se elevará hasta más del 30 por ciento en el año 2050.
El estudio ‘Mayores de 65 años al volante: ¿peligro real o mito social?’, que analiza todos los accidentes e infracciones registrados entre 2009 y 2014 por grupos de edad, es tajante: los conductores mayores son mucho mejores automovilistas de lo que pensamos. De hecho, registran 4 veces menos accidentalidad que los jóvenes menores de 25 años y menos de la mitad que los conductores de 35 a 44 años. ¿Las razones? Respetan más los límites de velocidad, no son agresivos en la conducción y aceptan mucho mejor sus propias limitaciones (auditivas y visuales, sobre todo), lo que, entre otras cosas, les hace recorrer menos kilómetros y conducir menos por la noche.
Sin embargo, no todo son buenas noticias para este colectivo, ya que, en caso de accidente, la mortalidad y la lesividad grave de los conductores más veteranos son muy superiores a la media. De hecho, la mortalidad de los mayores de 65 años multiplica por 2,5 la del resto de conductores y tienen un 9% más de probabilidades de resultar heridos graves tras una colisión. Los motivos son claros: mayor debilidad física y la propia naturaleza de su accidentalidad, generalmente golpes más severos.
Además, la tendencia no parece favorecerles, ya que mientras que el número de conductores muertos en accidente de tráfico entre 2009 y 2014 se redujo en un 62% entre el colectivo de 25 a 34 años y en un 67% en los menores de 25 años, el número de mayores de 65 años muertos en accidente de tráfico se mantuvo estable, aumentando un 5% en el mismo periodo.
Hay además un dato muy llamativo en este estudio, y es que mientras que los mayores de 65 años sólo representan el 15% de los conductores fallecidos en accidente de tráfico entre 2009 y 2014, sin embargo, representan más de la mitad de los peatones muertos (52%) en ese mismos periodo. Y a veces esto se salda con indignantes noticias donde parece que resulta hasta gratis no tener cuidado y llevárselo por delante.
Como pasajeros también constituyen un grupo de riesgo, ya que suponen un 22% del total de pasajeros fallecidos en accidente de tráfico durante los últimos 5 años, una cifra que únicamente superan los menores de 25 años, con un 31%.
Dónde se accidentan los mayores
También existe una radiografía con los accidentes más habituales que sufren los mayores de 65 años. En este sentido, los incidentes de estos automovilistas suelen producirse con turismos (73%), en carreteras convencionales (44,7%) y con coches más envejecidos (más de 10 años) que la media. En cuanto al género, los hombres presentan el doble de accidentalidad que las mujeres, una constante que parece habitual independientemente de la edad de los conductores.
En cuanto a las maniobras, las intersecciones, las incorporaciones y los giros a la izquierda suelen ser más críticas para los mayores. Respecto a la temporalidad, los viernes, el mes de julio y la franja horaria que va desde las 10 a las 14 horas, son los momentos con más riesgo para estos automovilistas.
En cuanto a la comparación de la accidentalidad general de cada comunidad autónoma con la de los mayores de los 65 años en ese mismo territorio, Galicia, Castilla y León y Comunidad Valenciana son los territorios donde, comparativamente, los mayores superan ampliamente la accidentalidad del resto de conductores. En el extremo opuesto se encuentran Madrid y Andalucía, donde los mayores de 65 años tienen menor proporción de accidentes que los demás automovilistas. La Región de Murcia, por su parte, se sitúa en la media.