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Joyería femenina y su evolución en la historia

Aunque la asociación más directa de las joyas se hace con las mujeres, lo cierto es que el sector femenino no es el único que se ha adornado con todo tipo de abalorios. Los hombres también han gustado de lucir joyas de todo tipo a lo largo de la historia de la humanidad. En el momento actual, la joyería unisex es uno de los nichos con mayor proyección en los mercados.

No obstante y a pesar de la evidencia sobre la notoria evolución de la joyería enfocada a ambos sexos, en este artículo, vamos a centrarnos en la evolución que ha seguido la joyería femenina a lo largo de la historia. Un paseo por los siglos para comprobar como a las mujeres siempre nos ha gustado lucir todo tipo de ornamentos como símbolo y medio de expresión. No en vano, las joyas, son eso: un símbolo. Un arte en sí mismo que permite mostrar a los demás la realidad de quien las luce. Del mismo modo que la mujer ha evolucionado a lo largo de la historia, las joyas femeninas lo han hecho a través de los siglos.

Pasando de constituir un símbolo de protección para convertirse uno símbolo de ostentación y lujo; sin olvidar que se ha transformado en un mensaje de empoderamiento femenino. La evolución de las joyas femeninas ha sufrido una evolución evidente, como es posible comprobar en tiendas especializadas como Joyería Lorena, donde joyas y mujer son elementos inseparables. De hecho, este tipo de anillos de compromiso de oro y diamantes que son tendencia actualmente, van de la mano de la idea estereotipada de que son para mujer y, para caballero, aunque estén pensados o diseñados para ir a juego, tienden a ser ligeramente diferentes.

Si nos remontamos al pasado más pasado, unos cien mil años atrás en el tiempo, se cree que ya existían las joyas más antiguas. Una joyería primitiva que se fabricaba a base de conchas y cuyo cometido no era otro que el de sujetar las rudimentarias vestimentas del momento. Quizá la moda no era la prioridad pero ya buscaban la elegancia. Poco más tarde, las joyas, se convirtieron en ese objeto de ornamentación y connotaciones religiosas más conocido.

Joyas en la historia de la mujer, porque la mujer tiene su propia historia

No hablamos de la historia de la humanidad, hablamos de la historia de la mujer en la humanidad. Una historia paralela pero no igual a la de los hombres. Siendo ya en el Antiguo Egipto algo que amaban tanto hombres como mujeres, los más pudientes de la época, las clases más altas, adornaban sus cuerpos con brazaletes, anillos, collares, cinturones, coronas, pendientes, etc. Además de implicar lujo, ellos y ellas, creían que de esta manera, se acercaban a sus divinidades. De hecho, en una inscripción de la época rezaba algo así como “el oro es la carne de los dioses”.

Si pasamos a otra civilización posterior, las mujeres de la Antigua Grecia, utilizaban sus joyas cuando tenían que realizar alguna aparición pública o en las ocasiones especiales. Ya en ese momento, las mujeres griegas, portaban las joyas como muestra de estatus y belleza. Los griegos en su conocida vanidad, creían que la búsqueda de la belleza se realizaba a través de la perfección, razón por la cual sus joyas eran piezas muy trabajadas.

De Grecia a Roma, las joyas seguían siendo una muestra de lujo y riqueza de la que no todo el mundo podía hacer gala. Como dato curioso, fue durante este momento tan fructífero de la historia, cuando se encuentran los primeros anillos de compromiso, aquellos que servían para sellar de forma pública el contrato matrimonial entre hombres y mujeres.

Durante la Edad Media, como nos queda bastante más cerca, ya sabemos bien que la nobleza era la encargada de hacerse con todo tipo de joyas. Las mujeres del medievo, utilizaban joyas fastuosas, ostentosas, de gran tamaño, como collares, anillos, cruces, broches y todo tipo de ornamento que al ser lucido, denotara poder. Que no belleza. En aquellos tiempos a mayor número e joyas, mayor poder se emanaba.

A lo largo de las diferentes civilizaciones y épocas, las joyas han ido cobrando un valor diferente. Esto ha derivado en un cambio de significado que ha dado como resultado un acceso más fácil para todo tipo de público, sin perder ese carácter de lujo que las define.

Si llegamos al momento en que se produce la revolución industrial, el significado de las joyas en el contexto de la cultura contemporánea, pasó de ser un lujo inalcanzable, a convertirse en algo asequible para una inmensa mayoría. Esto ha conseguido hacer que el sentido de portar joyas, se transforme hasta el punto de convertirse en un medio de expresión en toda regla, cargado no obstante, de simbología y belleza. Al mismo tiempo que se considera un arte y un lujo en según qué variantes.

La inmensa variedad de joyas femeninas que podemos encontrar en la actualidad abarca todo tipo de gustos y personalidades. Las mujeres de hoy, no solo buscan sentirse bellas o mostrar esa riqueza y poder que poseen a través de las joyas que lucen. Persiguen un significado que de otro valor a sus joyas en el día a día.

Una forma de expresar la personalidad y el estilo propio

Hoy en día no basta con lucir un diamante o una esmeralda bien engarzada en un metal valioso. Para las mujeres existe una pregunta previa a la adquisición de una joya: ¿qué dice de una misma? Una joya es muestra de la personalidad de la mujer que la luce. Una joya, dice a los demás como eres, como estás y hasta puede hablar del entorno con el que se relaciona. Estilo hippie o sobrio al vestir, joya procedente de un regalo de alguien especial o adquirida por una misma…

No podemos olvidar que, aun habiendo virado su significado en gran medida y habiéndose convertido en algo más “democrático” en la actualidad, las joyas nunca van a perder del todo su valor y simbología como símbolo de estatus social. Además, las mujeres que las poseen, está en pleno derecho de querer exhibirlas y sentirse como Cleopatra o la Reina. Las joyas son para la mujer un medio que las permite sentirse guapas, con éxito y seguras de sí mismas.

Es posible que muchas mujeres desconozcan este dato: las perlas tienen la consideración de emblema esencial de la feminidad. Al igual que las mujeres, las perlas son bellas, símbolo de la amabilidad, la justicia y la lealtad. Aunque para ser honestas, no todas las mujeres hacen alarde de estas virtudes. Además se dice que las perlas, absorben la energía negativa y producen sensación de calma y paz. El color que lucen, indica inocencia, pureza y modestia. Se trata de algo sencillo y bello por igual.

Por estas razones, las perlas se erigen como un regalo perfecto para todo tipo de mujeres. Perfecta a la hora de lucir diseños atrevidos y ostentosos; ideal para lucir piezas de joyería sencillas y personales. Como bien sabemos, las perlas, no pasan de moda, por lo que son la joya más adecuada.

Por otro lado, contamos con las joyas más reivindicativas. Joyas femeninas que empoderan. Basta con prestar atención al diseño, la autenticidad de las piezas, su calidad y los procesos por los que ha pasado. Las joyas pueden ser símbolo de representación de los derechos de las mujeres. Con mensajes grabados, el símbolo de la mujer en plata, oro o cualquier metal preciosos, tonos morados… Símbolo de empoderamiento de lujo, pero para todas.

Como herramienta de protesta pueden convertirse en un medio de expresión para reivindicar a través de mensajes impactantes con formas provocadoras que sirven para captar la atención del público.

No podemos dejar de mencionar como las joyas, contribuyen a lograr esa igualdad de género pretendida. Como ya referíamos anteriormente, las joyas son cada vez más unisex. Este tipo de objeto en sus infinitas formas, se ha convertido en indispensable por igual para muchos hombres y mujeres que lucen sin problema ni complejo, pendientes o piercing similares. Lo antes impensable, es ahora palpable. Anillos, pulseras, pendientes, relojes… todos ellos diseñados y pensados indistintamente para hombres y mujeres, con la única diferencia del tamaño. Podemos decir que la joyería femenina ha evolucionado, provocando una evolución en toda la joyería.

No podemos hablar con total seguridad de las pretensiones de la joyería en sus orígenes. Aunque todo apunta a lo que siempre hemos pensado y se nos ha enseñado: símbolo de estatus y poder. Desde los orígenes del ser humano, es cierto que acicalarse y colocarse todo tipo de adornos ha sido como una extraña necesidad de mostrar algo que no se ve o hacer ver algo que no se es. Es difícil de saber a ciencia cierta.

Por fortuna, si sabemos porque hacemos eso en la actualidad y cuál es la razón de que a las mujeres les guste lucir joyas. Principalmente, porque nos gustan sus diseños, sus formas y en muchas ocasiones, porque proceden de alguien especial o definen un momento importante de nuestras vidas. Los pendientes de primera puesta que se ponen a los bebes, las pulseras de la comunión, un anillo como muestra de compromiso o aquellos pendientes que viste en el escaparate y alguien se encargó de regalarte como muestra de afecto. Las joyas dicen mucho de quien las luce y de quien las regala, por supuesto.

 

 

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