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El arte de salvar dientes

Precisamente eso es lo que hace un odontólogo, salvar dientes. En determinadas circunstancias los resultados son toda una obra de arte. Tanto que es difícil acertar a adivinar si se trata de dientes naturales o restauraciones realizadas por un profesional de la odontología. Para lograr sus propósitos, estos profesionales, disponen de avanzados tratamientos, materiales de primerísima calidad y por supuesto, tecnología de vanguardia. Con la mezcla equilibrada de estos ingredientes y la destreza y habilidad necesaria, los odontólogos son capaces de convertir la cavidad oral en toda una obra de arte. Recuperar la sonrisa es más fácil que nunca y prevenir el deterioro de nuestras piezas dentales, también.

Cada vez disponemos de mayores conocimientos y avances para luchar por la prevención de dolencias y enfermedades, sea cual sea la parte del organismo a la que afecte. En cuestiones bucales, por ejemplo, existen mayores conocimientos para evitar la aparición de caries y el desgaste de los dientes. No basta únicamente con cepillarse los dientes y pasar el hilo dental entre ellos, aunque ciertamente, se trata de las mejores maneras de prevenir la caries sin necesidad de acudirá a la consulta del dentista. Sin embargo, no siempre es fácil acceder a todos los rincones de la boca y limpiarlos convenientemente. Sobre todo, cuando se trata de las piezas posteriores de la dentadura, los molares o muelas. Estos dientes, poseen una superficie de masticación áspera, desigual y en muchas ocasiones, fosas y fisuras muy marcadas. Estas condiciones, convierten a nuestras muelas en el lugar ideal para que restos de comida y bacterias monten su particular fiesta y provoquen la formación de una caries.

Profesionales del sector trabajan constantemente en la mejora continua de sus tratamientos, por lo que las clínicas odontológicas más vanguardistas, como Aqua Dental, recomiendan y aconsejan a sus pacientes apoyar su higiene bucal con tratamientos como el sellador de dientes. Para los profesionales, los selladores constituyen otra red de seguridad que ayuda a mantener los dientes limpios y libres de caries. Como medida preventiva resulta más que eficaz, por lo que hemos decidido dedicar este artículo a profundizar en el tema.

Protección extra para nuestros dientes

Los selladores dentales, consisten en una capa protectora muy delgada que se adhiere a la superficie de masticación de los dientes posteriores, los citados molares. No sustituyen a un buen cepillado ni al uso del hilo dental, como cabe señalar. Su aplicación se lleva a cabo para evitar la formación de caries e incluso que las que se encuentran en sus primeras etapas de formación, avancen hasta el punto de convertirse en una caries.

Se ha demostrado que los selladores dentales, reducen el riesgo de padecer caries en los molares en casi un ochenta por ciento de los casos. Este dato es especialmente relevante cuando se trata de la salud dental de los más pequeños, ya que sus muelas tienen anatomías muy definidas y ningún desgaste, con lo que la acumulación de bacterias es más fácil si no se realiza un cepillado adecuado.

Su mecanismo de acción es sencillo, los selladores, ejercen como un impermeable para los dientes. Cuando las bacterias que anidan en la boca con la única finalidad de producir una caries, se encuentran con los restos de alimento sobrantes en la boca, se generan ácidos que pueden llegar a originar agujeros y cavidades en los dientes. Con la aplicación del sellador, esos restos de comida, quedan fuera de las piezas dentales, lo que evita que las bacterias y ácidos se depositen sobre ellos, de manera semejante a la de un impermeable que nos protege de la lluvia.

La composición de los selladores dentales actuales suele ser con una base de resina o ionómero de vidrio, además de flúor que se va liberando gradualmente sobre la superficie del diente. Esta combinación de elementos confiere a los dientes mayor protección y resistencia frente a los agentes externos como las bacterias.

Su aplicación es apta para niños y adultos, aunque cabe señalar que cuanto antes se coloquen, mejor para la prevención. Los primeros molares permanentes se desarrollan en la boca sobre los seis años y los segundos, erupcionan en torno a los doce. Aplicar un tratamiento de sellado de dientes en estas etapas iniciales, puede mantener los dientes libres de caries desde el primer momento. Esto repercute en un ahorro de tiempo y dinero invertido en tratamientos a largo plazo.

Para valorar la necesidad de este tipo de tratamiento preventivo, ay que tener en cuenta la probabilidad de que exista un mayor riesgo de sufrir caries a consecuencia de factores como la mala higiene bucal, la falta de exposición al flúor, experiencia previa o actual de padecer caries en alguna pieza dental, los tratamientos de ortodoncia y la dieta. Como bien sabemos, las dietas ricas en azúcar aumentan exponencialmente, la probabilidad de que se produzcan las temidas caries, o cualquier otro tipo de anomalía en los dientes como defectos del esmalte. Estos últimos, pueden llegar a dificultar la unión de los selladores al diente, por lo que resulta de gran importancia que las piezas estén selladas ya que un esmalte de mala calidad, los convierte en más susceptibles ante la formación de caries.

También conviene valorar el riesgo en pacientes con enfermedades sistémicas subyacentes que pueden conllevar un aumento en la probabilidad de que se produzcan caries. Un ejemplo puede ser la sequedad en la boca a consecuencia de la ingesta de algunos medicamentos.

Tratamiento y aplicación de selladores

Este tipo de tratamientos es bastante sencillo. Los selladores dentales, de forma generalizada, se colocan en la superficie de masticación de las piezas dentales, por tratarse de las zonas y dientes que cuentan con fisuras más profundas. Los selladores de dientes, pueden utilizarse por igual en otros dientes permanentes si tienen surcos o fosas, de tal manera que proteja este tipo de superficies que son, como ya hemos comentando, más proclives a la acumulación de bacterias y restos de comida.

En algunos niños, los molares que son parte de la dentición temporal, comúnmente conocida como dientes de leche, también tiene surcos profundos que pueden verse beneficiados y protegidos por los tratamientos de sellado dental. Estos casos en particular se realizaran bajo la recomendación del odontopediatra o higienista que son los encargados de comprobar si pueden ser necesarios y efectivos en cada caso en particular.

El tratamiento y la aplicación de los selladores dentales, consiste en un proceso rápido y completamente indoloro. En primer lugar, el odontólogo procederá a limpiar y secar el diente antes de colocar un gel ácido sobre la superficie en la cual va a colocar el sellador. Este gel genera unas microporosidades sobre el esmalte dental provocando una unión fuerte entre diente y sellador.

Pocos segundos después de la aplicación del gel, el odontólogo realizará un enjuague del gel y secará los dientes antes de proceder a la aplicación del sellador sobre fosas y fisuras de la pieza. Por último, mediante una luz azul de polimerizado, procederá a endurecer el sellador.

Los selladores dentales, pueden igualmente colocarse sobre áreas en las que existe una formación de caries temprana. Al aplicar el sellador se evita que la caries evolucione provocando un mayor daño en el diente y en consecuencia, la necesidad de recurrir a restauraciones dentales invasivas.

Exceptuando que el material pueda provocar una alergia, los selladores no producen ningún tipo de efecto secundario por lo que se trata de tratamientos muy seguros.

Aparte de las ventajas que ofrece y el efecto de barrera de protección que ejercen en nuestra dentadura, los selladores dentales, son duraderos. Suelen transcurrir años antes de que sea necesario colocar unos nuevos. Durante las visitas periódicas al dentista, este se encargará de verificar el estado del sellador y aplicarlo en el momento en que lo considere más apropiado y necesario.

Cabe recordar que, aun habiéndose colocado unos selladores dentales en los molares, sigue siendo necesario que se aplique flúor de forma tópica, pues los selladores, solo protegen la superficie en la que han sido colocados. Hay que recordar que el flúor ayuda a proteger todas las superficies de los dientes y sus cavidades.

Para mantener el mejor estado bucodental, implica un cuidado preventivo y proactivo. Si tenemos en cuenta que tanto los empastes como las coronas, son resultado de la existencia previa de alguna caries y los daños producidos en el diente, podemos entender que lo mejor es prevenir.

Decantarse por colocar selladores dentales a sugerencia del odontólogo cuando sea necesario, puede tener mayor sentido tanto para prevenir y evitar los problemas en el futuro de nuestros dientes, como para evitar la necesidad de recurrir tratamientos de mayor coste. Aspecto que hay que tener en consideración, ante la posibilidad de colocarse selladores dentales.

Como siempre, en todo lo que respecta a nuestra salud oral, recordar la importancia de mantener una buena higiene bucodental entre las correspondientes revisiones del dentista. Cepillarse tres veces al día y utilizad el hilo dental, es la mejor manera de prevenir las enfermedades que acechan a las encías y dientes, además de respaldar el tratamiento del sellador si se realiza. Todo esto con la finalidad de no tener que recurrir a ese arte del odontólogo que consiste en salvar dientes.

 

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