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Cuidado con los refrescos y la alimentación

Que los refrescos hay que beberlos con prudencia es algo que todos sabemos, aunque no nos apliquemos el cuento, pero ahora los datos de nuevos estudios alertan aún más sobre el abuso de estas bebidas. Y es que hay quien, al día, come y cena con refrescos de cola o naranja, y cuando llega el fin de semana opta por la cerveza. Y esto es un caso medianamente sano pues quienes abusan de refrescos energéticos tipo “monster” y demás, ya rozan la alarma roja.

Las bebidas azucaradas no solo provocan obesidad en adultos y niños, sino que también provocan desgaste dental. Según un estudio elaborado por científicos del King´s College de Londres, mientras que el azúcar provoca obesidad y caries, el ácido natural de algunas bebidas carbonatadas y los zumos ácidos de frutas lleva al desgaste dental, una enfermedad que puede derivar en enfermedades de la encía.

No es que antes no se supiera que estas bebidas eran dañinas para nuestra dentadura, sino que ahora se ha demostrado que son la principal causa de ese desgaste, al menos en aquellas personas que las consumen. Una investigación anterior del mismo centro encontró que el desgaste dental afecta hasta a un 30% de los adultos europeos, una cifra nada desdeñable.

La alimentación es clave

Según el Consejo General de Dentistas de España, además de tener una buena higiene bucodental, la alimentación es clave en lo que al cuidado dentario se refiere.

Lógicamente, llevar una buena alimentación nos aporta los nutrientes que nuestro organismo necesita sin excesos, ni defectos, por lo que mejora nuestro organismo y previene la obesidad, pero también es clave para tener una buena dentadura.

Existen una serie de alimentos que nos ayudan a fortalecer nuestros dientes y encías, así como hay otros que pueden provocarnos daños.

Alimentos sanos: cítricos, plátanos, zanahorias, manzanas, leche y derivados, proteínas, etc.

Sin embargo, lo más importante es beber agua. El agua es indispensable para la vid ay nos proporciona la hidratación que necesitamos. Además, el agua estimula la producción de saliva que neutralizan las bacterias de la boca.

Los alimentos crujientes como las manzanas, las zanahorias o las ramas de apio, comidos a mordiscos, son perfectos para limpiar los espacios interdentales. Pero ojo, crujiente no quiere decir “duro”, con los torreznos, por ejemplo, hay que llevar muchísimo cuidado.

Los alimentos ricos en polifenoles, como las legumbres o las frutas de color rojo, actúan como una barrera natural evitando que las bacterias bucales proliferen.

Os yogures y la leche nos aportan el calcio que nuestros huesos y dientes necesitan, y la vitamina C nos ayuda a fortalecer nuestro sistema inmunológico.

Alimentos malos: dulces, pasta, patatas, arroz, alcohol, refrescos, etc.

Debemos evitar muchos alimentos, pero a veces es difícil huir de ciertas tentaciones así que, por lo menos, debemos tener claras ciertas premisas.

Dentro de lo que son los dulces y golosinas, los caramelos duros y los alimentos pegajosos son lo peor que podemos tomar. Son veneno para nuestros dientes porque si tomamos una regaliz en 1 minuto, aunque queden restos de azúcar en nuestra boca, siempre será muy inferior al azúcar a la que estamos expuestos mientras chupamos un caramelo duro, tipo chupachup, y muy inferior a la que quedará quedada a nuestros dientes con un caramelo blando tipo Sugus. Por supuesto, si tomamos algo de esto, debemos lavarnos los dientes inmediatamente después.

Otra cosa que debemos evitar es el hielo. Puede parecer indefenso, incluso perfecto para aliviarnos un poco en pleno agosto, pero masticar este tipo de sustancia dura y fría puede dañar nuestro esmalte dental notablemente.

Cuidado con el vinagre. Si bien es verdad que las naranjas o los limones nos benefician en muchas cosas, tomar alimentos muy ácidos deterioran nuestro esmalte por lo que es mejor evitar los encurtidos y el exceso de toma de pepinillos o cebolletas.

Di adiós, también al café y el té. Tienen beneficios para nuestro organismo, sí, pero manchan nuestros dientes muchísimo así que si no tienes posibilidad de lavarte los tienes cada vez que tomes café es mejor que lo evites.

Y, por supuesto, deja de beber alcohol pues ataca nuestra salud bucal desde todas partes. Tomado en exceso deshidrata y seca la boca, lo que provoca la reducción del flujo salival fomentando la aparición de caries e infecciones orales. Además, beber mucho alcohol puede provocar cáncer de boca, y aunque muchos digan que el vino se salva, no es así, tanto el tinto como el blanco contienen taninos, que provocan la aparición de manchas detales, difíciles de eliminar, mucho más difíciles que las amarillas del té.

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