¿Sabéis que en España hay un alto porcentaje de la población que no se lava los dientes? Además, los que sí lo hacen no suelen hacerlo bien, o al menos eso dicen los estudios llevados a cabo recientemente. Sin embargo nuestra dentadura es importantísima, no sólo porque sin ella no podríamos tomar muchos alimentos, sino porque una enfermedad bucal puede desencadenar graves y serios problemas, e incluso la muerte.
Las clínicas dentales aconsejan una visita al año como mínimo a modo de revisión para controlar la salud bucodental pero lo ideal sería hacerlo cada 6 meses e incluir una limpieza cada año o año y medio. En la clínica dental Caredent, un equipo de profesionales altamente cualificado, se preocupa de informar de estos consejos a todos sus pacientes pero son menos del 50% de ellos los que siguen dichos consejos.
Con respecto a los niños hay que tener ciertos cuidados extras porque dependiendo de cómo tratemos sus dientes de niños puede que tengan más o menos problemas cuando lleguen a la madurez. Por ejemplo, la mayoría de los medicamentos que damos a los niños cuando se ponen enfermos suelen ser jarabes por su facilidad para ser tragados entre otras cosas ¿verdad? Pues la mayoría de ellos contienen azúcar y si no lavamos los dientes de nuestros hijos tras dárselos podríamos favorecer el aumento de la incidencia de caries dental.
Veamos algunos consejos para ayudar a los niños con su higiene bucodental. Para empezar debemos evitar el consumo excesivo de golosinas, por mucho que les gusten, porque algo tan aparentemente inofensivo como un chicle puede ser desastroso para sus dientes. Acompaña a tus hijos hasta el baño y asesórales para que se laven los dientes después de cada comida, al menos dos veces al día. Cómprales un cepillo suave específico para niños para que las cerdas no dañe sus encías. Incentiva a tus hijos a lavarse los dientes y recuerda que el niño debe empezar a lavarse los dientes desde que aparece el primero de ellos en sus encías así que, obviamente, al principio tendrá que hacerlo la mamá o el papá.
En los adultos podemos dar otra serie de consejos porque supuestamente nuestros hábitos están ya adquiridos (aunque eso sólo es teoría). Por ejemplo, compra un cepillo de dientes exclusivamente para viajes para no olvidar llevártelo siempre que salgas de casa. Si no puedes lavarte los dientes tras un aperitivo, enjuágate al menos la boca un par de veces tres éste. Bebé mucha agua, esto evitará que generes más saliva de lo normal por sequedad de boca y ayudará a que tengas menos caries. Utiliza pajitas si bebés algo muy dulce como un batido o un granizado, así evitarás que el azúcar que contiene esa bebida ensucie demasiado tus dientes y, sobre todo, visita al dentista con asiduidad.