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Con niños en la Siberia extremeña

¿A qué no todos sabíais que existe un área de España llamada La Siberia Extremeña? Yo tampoco lo sabía hasta que hace unos días me decidí a buscar un lugar, con alojamiento rural, fuera donde fuera, para pasar mis vacaciones en familia. Tenía que haber mirado antes, lo sé, así habría podido elegir entre más opciones, pero la realidad es que lo he encontrado me encanta.

La Siberia Extremeña es una comarca situada al noreste de la provincia de Badajoz. Limita con las de Cáceres, Toledo y Ciudad Real. El nombre de Siberia extremeña empezó a usarse a finales del siglo XIX y principios del XX; cuando empezaron a hacerse proyectos para construir en ella carreteras, alguna línea de ferrocarril y un pantano. Por aquellos años era noticia constante en los periódicos el nombre de la Siberia Rusa, por las deportaciones de ciudadanos rusos por motivos políticos, y de la construcción del Transiberiano; tren que une Moscú con lo más distante al Este de Rusia. La lejanía de los pueblos de la Siberia Extremeña con Badajoz, capital de la provincia (algunos pueblos están a más de doscientos kilómetros), hizo que, por similitud, se comparara a una comarca con otra.

Lo importante si viajáis a esta zona es alojaros en medio del meollo. Hay quien prefiere alojarse en Mérida, por ejemplo, para tener acceso también a un viaje más cultural. Pero en mi opinión son dos viajes diferentes que se deben hacer por separado. Nosotros hemos optado por La Pajarona, en Siruela (Badajoz), un pueblo que está en plena Siberia Extremeña, para poder movernos cómodamente por toda la reserva y vivir la experiencia en toda su plenitud.

Reserva de la Biosfera de la Siberia

En la comarca de La Siberia existen infinidad de lugares que merece la pena conocer. Por ejemplo, uno de los pueblos que destaca en la zona es Puebla de Alcocer, donde se encuentra el Museo del Gigante Extremeño, dedicado a un vecino del siglo XIX que medía dos metros y treinta centímetros. Allí también se ubica un castillo sobre un roquedo que tiene cerca de 600 metros de altitud. Desde lo alto, en la fortaleza que data del siglo XV, tendrás unas vistas impresionantes de La Siberia y La Serena.

En cuanto a los entornos naturales, la comarca cuenta con diversos espacios protegidos que son especiales para la observación de aves. Dos de ellos son Puerto Peña-Sierra Golondrinos y el Embalse de Orellana y Sierra de Pela.

Si quieres disfrutar de zonas de baño y deportes acuáticos, te podrás acercar a uno de los cinco grandes embalses. Pero también podrás disfrutar de playas, como la playa de Peloche, en Herrera del Duque. Esta se forma gracias al paso del río Guadiana por la localidad, por lo que sus aguas son muy limpias y cálidas.

Las recomendaciones de “Viajar”

El magazine digital viajar.elperiodico.com recomienda estas experiencias de las que yo pienso hacer uso:

  1. Descubre la cultura siberiana

Adéntrate en las formas de vida que aún hacen de La Siberia extremeña un lugar tan especial uniéndote el próximo 13 de noviembre a su Fiesta de la Trasterminancia. Un encuentro en plena naturaleza que busca promover la ganadería autóctona extensiva tradicional, poniendo en valor las cañadas reales a través de una ruta entre Tamurejo y Siruela, descubriendo comidas pastoriles, dulces autóctonos y canciones centenarias.

Con un recorrido por la Cañada Real de las Merinas de nueve kilómetros y medio, atravesando espacios naturales donde se puede disfrutar del magnífico ecosistema de dehesa y de humedales de la comarca de La Siberia, en esta ruta podrás acompañar a ejemplares protagonistas que forman parte del sector ganadero autóctono español, como son la especie ovina merina negra, la caprina verata y la retinta extremeña, especies en peligro de extinción que tienen su mayor cabaña en La Siberia.

La fiesta de La Jara en flor, en abril, o cualquiera de sus celebraciones tradicionales (los diablucos en Helechosa de los Montes, los danzantes de Peloche, los danzaores de Garbayuela…) son asimismo un pasaporte directo a una Extremadura tan desconocida como apasionante.

  1. Mira al cielo, astroturismo en la reserva

Las buenas condiciones meteorológicas y la escasa contaminación lumínica hacen de La Siberia extremeña un lugar ideal para el astroturismo. Descubre las actividades que proponen desde el territorio o acércate por libre al mirador celeste de Helechosa de los Montes para entender ese mapa celeste que no vemos habitualmente.

Si lo haces en otoño, la banda sonora la ponen los ciervos y gamos en época de celo, berreando y roncando en un espectáculo salvaje que realmente impresiona. Puedes alojarte en Helechosa de los Montes en Las tres peñas y desayunar sus riquísimas migas siberianas con tasajo, pimientos secos fritos y miel de la comarca.

  1. Birding en la Siberia

La Reserva de la Biosfera de La Siberia cuenta con una variedad de hábitats, especies (¡más de 170 diferentes!) y formas de acercarse a ambos que emocionan a aquellos y aquellas que aman el #birding. Numerosas opciones para la observación de las aves en plena libertad, tanto de forma autónoma, como guiados por empresas especialistas.

En otoño te recomendamos recorrer las mejores zonas de avistamiento de los grandes grupos de grullas (comederos y dormideros) que, junto a gansos y otras aves, llegan cada año del frío centro y norte de Europa en busca de tierras más cálidas para su invernada. Una exhibición vistosa y escandalosa que te conecta con la naturaleza en estado puro.

  1. Navegar en Extremadura es posible

La Siberia es la comarca con más costa dulce del país. Las orillas de sus playas y zonas de baño fluviales se convierten en otoño en el comienzo de aventuras de las de verdad. Recorre en kayak, lancha o piragua el embalse García Sola y llega remando al misterioso dolmen de Valdecaballeros. A la vuelta puedes desembarcar directamente en La barca del tío Vito, restaurante a pie de agua con impresionantes vistas en donde te servirán el tradicional escarapuche de Peloche y unas buenas chuletas de lechal siberiano.

  1. ¡A setas!

No olvides cesta y navaja. Las setas son una de las riquezas más apreciadas de la Reserva de la Biosfera de La Siberia. Los muchos y diferentes ecosistemas favorecen cientos de especies y los guías de la comarca te enseñarán a encontrarlas, identificarlas y hasta cocinarlas. Este 2021 tendrá lugar, en Castilblanco, la cuarta edición de MYCOSFERA, unas jornadas de turismo gastronómico consolidadas en torno al níscalo.

La Feria cuenta con diversas actividades como: rutas micológicas con recogida de setas, exposición y muestra micológica, degustación de platos realizados con níscalos, conferencias sobre emprendimiento y desarrollo en el medio rural, cocina en vivo con productos locales, talleres para elaboración de quesos, miel y cervezas artesanales; catas de vino y aceites; etc.

Además, los días 20 y 21 de noviembre, la Sociedad Micológica de Extremadura celebra este año en la Reserva de la Biosfera de La Siberia (Herrera del Duque, Fuenlabrada de los Montes y Villarta de los Montes) su 40 aniversario con actividades abiertas y gratuitas (con reserva): rutas guiadas, senderismo micológico, visitas culturales, exposición de setas o charlas micológicas.

  1. Cómete la Siberia

Escarapuche, caldereta de cordero, migas, ajoblanco, guiso de liebre o sus quesos, miel y dulces típicos y diferentes en cada uno de sus 11 municipios. En Herrera del Duque pásate por La Marina (con un solete Repsol), no te pierdas el escarapuche del Mesón la Quinta Rueda, el menú del día del restaurante Carlos I o los buenos churros “regordos” mañaneros de la churrerría Since 1996. Prueba las sepulturas, magdalenas de cajón o chaquetías de La Casa de los Dulces o las canelillas de La Extremeña; llévate a casa un queso de la Quesería Los Nogales y no vuelvas sin probar el pan artesano que se hace en el municipio.

En Puebla de Alcocer puedes comer en La Huerta después de pasar a por un queso de vaca Utrero (único en Extremadura) de Tamurejo no puedes volver sin los bodigos o el pan de la hermana Antonia, en Villarta de los Montes te esperan los platos más tradicionales en El Andaluz y los mejores bollos de chicharrón y candelillas en El Chorro, las mermeladas artesanas Glasai las elabora Victoria en Valdecaballeros… El recetario siberiano es sencillo pero cuenta con productos bien elaborados y de altísima calidad. ¡Descúbrelos!

  1. Patrimonio Cultural

Pinturas y dólmenes prehistóricos, castros, necrópolis, castillos… El ser humano ha dejado su huella en estas tierras desde hace miles de años. El dolmen y castro de Valdecaballeros son dos de sus vestigios más antiguos, como las pinturas rupestres de Risco, Peloche o Fuenlabrada de los Montes. La ciudad romana de Lacimurga fue antes centro urbano prerromano y permaneció habitado hasta la Edad Media. Dos castillos «vigilarán» tus pasos, los de Herrera del Duque y Puebla de Alcocer. Además, no dejes de visitar el interesante legado mudéjar de iglesias y ermitas repartidas por los pueblos de la reserva.

  1. El senderismo no es siempre lo mismo

Desde la vegetación exuberante de la senda garganta de los Acebos a la raña de los Lobos, con monte bajo. Si quieres buenas vistas, una senda te llevará al mirador en Pretura del Benazaire. Tú eliges, hay 34 rutas senderistas de todas las características y diferente dificultad ¡señalizadas! Déjate asesorar por nuestros guías o encuentra tu propio camino.

  1. ¿Un itinerario en coche? Ruta por los miradores

Sin duda, la opción que te ofrece más libertad para recorrer todos los rincones de La Siberia es el coche. La reserva se encuentra al noreste de la provincia de Badajoz y su red de carreteras permite recorrerla cómodamente en moto o coche.

Las carreteras N-502 y la N-430 vertebran el territorio de la reserva de la biosfera. Tienes a tu disposición 16 miradores repartidos por toda la reserva para disfrutar de los mejores paisajes. Además, dos miradores están especialmente indicados para ver y oír la berrea del ciervo.

  1. Deporte en plena naturaleza

Lánzate a la aventura de La Siberia en piragua o bien deja que te lleven en un paseo en barco. Practica el paddle surf y relájate después en alguna de las playas de costa dulce de la reserva. Descubre sus rincones en paseos a caballo o en rutas 4×4. Practica BTT o inscríbete en su ya clásico raid anual de aventura. El turismo activo es una de las mejores excusas para acercarse a este territorio.

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