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Espacios al aire libre para disfrutar

El jardín es para disfrutarlo, y cuando hablo de jardín hablo de terraza, de terreno en la casa de campo o de patio, da lo mismo. Tener un espacio exterior para ser disfrutado por la familia es un lujo, y da lo mismo qué tipo de espacio sea. Incluso un balcón pequeño ha de ser disfrutado, y lo digo con conocimiento de causa. Hoy mis hijos tienen la posibilidad de disfrutar de un pequeño espacio en la entrada de la casa, donde hemos instalado una especie de pérgola, pero hasta hace dos días disfrutábamos de nuestro pequeño jardín ¿Y qué? La pena es que haya quien no sabe cómo hacerlo.

Hay que tener claro, desde el principio, que el espacio limita mucho y eso es algo obvio, así que el iluso que diga que hasta en un pequeño balcón se puede jugar a la petanca es que no tiene los pies en la tierra. No obstante, si sabes el espacio que tienes y eres consciente de sus posibilidades, se pueden hacer verdaderas maravillas.

Lo primero a tener en cuenta es que si quieres disfrutar con los niños de ese espacio en verano hay que techarlo, poner toldos, pérgolas o lo que sea necesario. Parece que en pleno siglo XXI, sabiendo que la capa de ozono está en el estado en el que está, y escuchando cada año los peligros del sol, aún hay quien no se da por aludido y pasa olímpicamente de las repercusiones que puedan tener sus actos. Así que ahí va mi consejo: nunca, jamás, subestimes al sol, ni en verano ni en invierno.

En nuestra antigua vivienda teníamos un pequeño balcón en el que sólo cabían un par de sillas y, aun así, teníamos instalados dos toldos a lo largo para poder disfrutar de un buen desayuno de sábado o de una cenita en vacaciones en plan “mini” bajo las estrellas. Actualmente, como tenemos más espacio, solicitamos los servicios de Alfa Interiorismo, quien nos instaló una pérgola en el espacio ajardinado de la entrada, y os puedo asegurar que la disfrutamos prácticamente todos los días.

Y es que el sol puede traer consigo muchos peligros, tanto en verano, como en invierno. Aunque también el frío puede hacernos pasar un mal rato en casa, sobre todo con nuestros pequeños y hay que dejar claro que estar al aire libre, cubiertos por toldos o techados, también pueden protegernos del frío, la humedad y el rocío de la mañana.

Algunas ideas

Los balcones pequeños pueden ser perfectos para cenas románticas, tomar una copa por la noche, e incluso jugar al parchís con los niños. Nuestro antiguo balcón tenía un ancho exacto de metro y medio y, aun así, nos las apañábamos para meter una silla a cada lado de una mesa de playa y otra más detrás, en lo que sería la puerta de entrada a la vivienda desde el balcón, para jugar con nuestro hijo mayor a diferentes juegos de mesa. La cuarta silla, cuando llegó Laura, ya era más complicado de meter pero seguro que si hubiera llegado el caso habríamos inventado alguna cosa.

En estos casos lo importante es tener todo despejado. Nada de plantas ni trastos por el suelo, eso puede entorpecer mucho. Y os aconsejo decorar todo pues, al ser un espacio tan pequeño, si no tenemos una buena decoración e iluminación, se os quitarán las ganas de pasar tiempo allí.

En terrazas la cosa es mucho mejor, lógicamente, pero eso no significa que el que tiene le pequeño balcón deba olvidarlo por completo porque, como ya os he dicho, se puede disfrutar de él, y mucho.

Si tienes una buena terraza yo aconsejo hacer una especie de segundo salón-comedor de modo que se pueda comer o cenar al aire libre, hacer partidas de juegos de mesa con los niños, e incluso ver la televisión en las noches más calurosas del verano. Lo ideal, en mi opinión, es disponer de una televisión móvil: bien sea porque está en un soporte con ruedas o porque el soporte donde está instalada en la pared del salón es giratorio y puede verse también desde el exterior de la terraza.

En patios os jardines ya puedes hacer, o tener, prácticamente de todo: desde un espacio para los juegos de los niños hasta el mismo espacio para comer y descansar que tendrías en la típica terraza.

Y es que la vida en el exterior es siempre mucho más placentera que en el interior… a no ser que vivas en Siberia claro está.

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