Residencia geriátrica: una segunda familia

Residencias para ancianos

Muchas veces dar el paso de llevar a un familiar querido, ya sea un padre, madre, abuelo o tío a una residencia geriátrica suele ser un momento importante. Yo también pasé por ello cuando decidí llevar a mi madre a una residencia geriátrica en Barcelona que encontré en la web de Acomodare, sin embargo, un año después creo que es lo mejor que pude hacer.

Yo hasta ese momento nunca me lo había planteado, pues siempre he querido muchísimo a toda mi familia, y he querido tenerlos cerca. Pero a mi madre, que tiene 74 años, el alzheimer hace años que le nubló la mente, triste sí, pero me lo tomé con aplomo y valentía, y con ganas de salir adelante, no es el fin del mundo. Y creo que ha sido una manera de probar mi paciencia y mi amor por mis seres queridos.

Mi padre, cuatro años más joven, se niega en redondo a que lo ingresemos en una residencia, y pese a que durante medio día hay una chica que hace las tareas de su hogar, ella se encarga de él, el resto del día, y es una persona mayor y sobre todo, que nunca ha sabido hacer estas labores, aunque se hace cargo de todas las cosas de la casa, aunque ya no sale, y el resto de la familia ayudamos en lo que podemos.

En este Centro de Día en Barcelona me han comentado que la enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa que implica un desgaste muy intenso de los cuidadores y que requiere de un cuidado personal importante, ya que para no caer enfermo en estas situaciones se requiere de un trabajo que ayude a encontrarse bien para poder cuidar al otro. Por eso, no lo dudé en acudir a ellos, pues unos amigos también me comentaros que se trata de unos geriátricos de Barcelona.

Allí me mostraron también las cosas positivas de la relación con tu madre en la situación actual. Este geriátrico en Esplugues me da la oportunidad de poder estar con ella sin la angustia ni la preocupación de si lo estaré haciendo bien. He aprendido a notar que en este proceso yo no siento que haya perdido la relación con ella, al contrario, la cuido, la mantengo, y eso es lo importante ahora. Yo también entiendo a mis padres y a mis hermanos, pero es posible que compartirlo, si no ahora, más adelante, te ayude también a utilizarlos como soporte para lo que ocurra.

De lo que hoy os he hablado era un tema más persona, si estáis interesados en más cositas, otro día os hablo de los precios, que varían de forma significativa. Ya que cada residencia establece sus costos atendiendo a una serie de criterios, por ejemplo, la atención asistencial, infraestructuras, estado de salud del paciente,  servicios complementarios ofertados, tipo de plaza. Y claro no es lo mismo una privada que pública. Además, existen otro tipo de lugares como apartamentos tutelados o viviendas para mayores en Barcelona que también pueden ser útiles.

Ya para terminar, personalmente no creo que obre mal, pero cuando alguien deja a sus familiares en esta residencia geriátrica de Barcelona parece que se le tache de vividor, de no tener corazón. No lo considero una carga, pero está claro que la vida sigue para todos, hay que seguir adelante. Y que estos sitios están muy bien preparados. ¿No lo crees así?

 

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