La sociedad moderna está cargada de polémicas por todos los lados. Algunas, es lógico que afloren entre los y las habitantes de los distintos pueblos y ciudades, pero es cierto que otras se magnifican hasta límites que no son justos y normalmente se sacan de contexto. En los párrafos que siguen os vamos a traer una de esas polémicas que nosotros y nosotras creemos que no deben ser consideradas como tal: hablaremos del arte urbano en general y del grafiti en particular, dos cuestiones que, como sabéis, están ahora más de moda que nunca.
Hace bastantes años que hay gente que se viene quejando de que existen los grafitis en diversos puntos de sus localidades y ciudades porque considera que no es arte aquello que se muestra en dichos grafitis. Como todas las nuevas tendencias en cada aspecto del arte, existen personas que no terminan de estar de acuerdo con ellas. Pero es innegable que si esas nuevas tendencias pueden denominarse precisamente así es por el hecho de que también tienen legiones de seguidores que sí ven arte en aquello que se expone. Y, en el caso del grafiti, podemos decir que son millones y millones de personas en todo el mundo que defienden esta cultura: y principalmente se trata de gente joven, en algunos casos niños.
Los niños tienen grandes dosis de imaginación, así como el resto de la juventud, y no podemos ponerle límites a ello. Los grafitis son una buena manera de cultivar esa imaginación y que la originalidad de cada cual sea expuesta y valorada. Por eso, nos parecen ridículos debates como los que se plantean en la noticia que os vamos a enlazar a continuación y que pertenece al diario La Vanguardia. El mismo titular, “El grafiti: ¿arte urbano o delincuencia?”; ya lo dice absolutamente todo.
El arte urbano conocido como el grafiti es una de las muestras más bellas y características de la sociedad moderna y tiene infinitos aspectos positivos entre la gente joven, los niños y sus familias. Y es que no cabe duda que, a través de este medio, se puede potenciar la técnica de cada uno y desarrollar sus ideas. Los profesionales de Artespray nos han comentado que disponen de varios clientes que llevan confiando en ellos durante varios años, desde que eran niños, y que han mostrado una evolución tan absolutamente increíble en lo que respecta a la ejecución de sus grafitis que ahora pueden decir que viven de eso.
En esa situación seguro que se encuentran bastantes personas que se dedican a esto en España y en todo el mundo. El arte urbano es algo de lo que la sociedad no se puede desprender porque es algo inherente a los momentos en los que nos encontramos. Sería un grave error limitar de esa manera el arte y la capacidad de crear de los más pequeños. Nos íbamos a terminar arrepintiendo. Y es que no tiene sentido que cataloguemos al grafiti como delincuencia callejera: nuestras calles ya están plagadas de obras que, siendo diferentes al grafiti, nadie ha juzgado como “de delincuentes”.
¿Cuál es la mejor manera de inculcar a un niño los valores de este arte urbano?
La mejor manera de inculcar cualquier cosa a los más pequeños y pequeñas, no solo lo que tiene que ver con la pintura, es que tengan un contacto directo con esa ciencia con la que queremos que conecte. En el caso de algo como lo es el grafiti, lo mejor es que observe, ya sea a través de fotos o acudiendo in situ al lugar en el que se encuentren, los grafitis más famosos del mundo.
Una noticia que fue publicada en la página web del diario El País informaba de dónde se encuentran los grafitis más famosos del mundo y seguro que os puede echar una mano a la hora de que vuestros peques empiecen a adquirir conocimientos con respecto a este tema. La noticia nos desplaza a diversos lugares del mundo como Rijeka (Croacia), San Francisco (Estados Unidos), Berlín (Alemania), Querétaro (México) o Sidney (Australia). Desde luego, merece la pena echarle un vistazo y, en el caso de que os sea posible, acudir a alguno de estos sitios. Si el niño realmente se encuentra interesado en el mundo del grafiti, lo agradecerá más pronto que tarde.
Teniendo en cuenta la gran variedad de lugares que os hemos comentado en el párrafo anterior (y la cantidad de sitios en los que el grafiti se ha convertido en algo habitual a 2022) no hay motivo de peso para garantizar que estamos hablando de algo que sea ilegal o propio de delincuentes. Hay que terminar con ese estereotipo que para nada se ajusta a la realidad y que muestra con creces un cambio de sociedad, una sociedad que quiere mantener sus obras de arte más antiguas, por supuesto, pero que no se cierra a nuevos descubrimientos.