Según datos de la revisión de 2017 del informe «Perspectivas de la Población Mundial» que elabora Naciones Unidas, se espera que el número de personas con más de 60 años se duplique para 2050.
El 1 de octubre se celebra el Día Europeo de la Depresión para tratar de concienciar a la sociedad de la existencia de esta enfermedad. En los últimos años, la salud mental ha cobrado especial protagonismo.
La depresión es una enfermedad cada vez más frecuente, pero en ocasiones no es diagnosticada porque las personas que la sufren no la comprenden. La Encuesta Europea de Salud informa que más de 2 millones de personas en España padecen depresión.
En la actualidad muchos ancianos sufren enfermedades mentales y concretamente, la depresión. El 16% de la población mayor de 85 años padece cuadros depresivos, aunque esta patología es más frecuente en mujeres y se asocia a un aumento de la enfermedad física, una peor cálida de vida, una mayor incapacidad y una disminución de la esperanza de vida.
Con el paso del tiempo aparece el
aumento de la fragilidad orgánica, ya que las personas mayores presentan un enlentecimiento de los ritmos biológicos corporales y a nivel cognitivo.
También aparecen las adaptaciones sociofamiliares, modificaciones y ocupacionales. Estos cambios provocan la aparición de trastornos mentales como la depresión, apatía y un estado de tristeza patológico.
«En las personas de edad avanzada , los síntomas corpóreos como las molestias digestivas, las contracturas musculares, la pérdida de peso, el síndrome de boca ardiente, la pérdida brusca de memoria, la lentitud/excitación motora o incluso la presencia de una recuperación parcial de enfermedades físicas diagnosticadas que no terminan de curarse, pueden estar enmascarando un proceso depresivo que requiere una precoz evaluación clínica y un tratamiento específico por un médico especialista en salud mental experto en personas de edad avanzada», explica el doctor en psiquiatría Augusto Zafra.
Si se detectan síntomas de depresión en una persona anciana, debe ser valorada por un médico general y una vez se haya realizado esta valoración, entonces debe ser valorado por un médico especialista en psiquiatría. Los especialistas valoran los siguientes aspectos:
– La gravedad de la sintomatología: Valoran el estado cognitivo previo, los síntomas afectivos, la posible repercusión en la salud física, etc.
–Grado de supervisión que requiere el paciente: Se tiene en cuenta quién es el cuidador y qué grado de disponibilidad tiene.
Cuando el ingreso no se considera indicado, la persona mayor debe seguir un tratamiento farmacológico, acudir al psicólogo y participar en talleres de estimulación cognitiva.
«El paciente recibe un tratamiento combinado farmacológico y de terapias alternativas que consiste en talleres ocupacionales (impartidos por terapeuta ocupacional) y talleres grupales psicoeducativos y de estimulación cognitiva (impartidos por psicólogos)», informa Zafra.
El psicólogo Rafael Sánchez Barrero explica que es muy importante detectar de manera precoz un posible problema de salud mental para obtener un diagnóstico y un tratamiento correcto.
Para reconocer la depresión debes tener en cuenta los siguientes síntomas, debes saber que el anciano sufre esta enfermedad cuando cinco de ellos se experimentan durante cuatro u ocho semanas:
-Perder el interés o dejar de sentir placer por casi todas las actividades.
-Sentirse deprimido la mayor parte de día o casi todos los días.
-Perder o ganar peso.
-Dificultad para moverse.
-Problemas para dormir.
-Falta de motivación.
-Sensación de fatiga.
-Se pasa demasiado tiempo en la cama.
-Problemas de autoestima.
-Problemas para pensar, para concentrarse o para tomar decisiones.
Rutinas para mejorar el bienestar emocional
Si el anciano tiene depresión puede realizar las siguientes rutinas para mejorar el bienestar emocional:
–Adoptar hábitos saludables: Deberá practicar ejercicio, mantener un horario regular de sueño, cuidar la alimentación y exponerse a la luz del sol.
–Evitar el aislamiento: Es importante que la persona mayor trate de comunicarse con los demás y realice actividades que permitan desconectar.
–Encontrar un propósito: Para superar la depresión es aconsejable plantearse objetivos y metas realistas, aprender una nueva afición o cuidar el físico para ganar confianza.
–Buscar ayuda profesional: Muchos ancianos se sienten avergonzados por no encontrarse bien, pero es muy importante ir a terapia y pedir ayuda.
¿La depresión acorta la vida?
Varios estudios han comprobado que la felicidad favorece la longevidad. Sin embargo, la tristeza y la depresión tienen justamente el efecto contrario.
La felicidad ayuda a llevar una vida más saludable, pero la soledad suele conducir al abandono. Muchos ancianos se sienten tristes por la ausencia de objetivos, el fallecimiento de familiares, la jubilación o las enfermedades propias de la edad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que «a escala mundial, aproximadamente 280 millones de personas sufren depresión».
Es un trastorno que se convierte en un grave problema de salud y que puede perdurar durante muchos años. Sin embargo, existen tratamientos eficaces para reducir su afectación.