Hay muchísimos niños y niñas que a edades tempranas tienen que recurrir a las gafas por problemas de miopía. No es nada del otro mundo ni nada traumático, a no ser que a algún compañero del colegio le dé por llamarlos “cuatro ojos” o algún que otro apelativo más cariñoso, pero ese es otro tema. La realidad es que la miopía no es nada que vaya a traernos graves problemas pero siempre es mejor no tenerla, que tenerla, y en caso de que ya la sufras, siempre es mejor que sean pocas dioptrías las que tengas ¿o no?
Antiguamente se creía que la miopía era algo que no se podía frenar ni evitar y aunque eso es cierto, sólo lo es hasta cierto punto. Centre Marsden pone a nuestra disposición una terapia visual que puede frenar, controlar e incluso hacer disminuir las dioptrías en la miopía, sobre todo en los casos de los más pequeños, nuestros hijos. Llevar ahora a nuestros niños a un centro especializado en optometría, que es como es la ciencia que estudia la vista y, por tanto, que idea las terapias visuales, puede marcar la diferencia entre que tengan una capacidad de visión mayor o menor en el futuro.
Sin embargo, y a pesar de que acudir a un especialista siempre es lo mejor, hay algunas cosas que sí podemos hacer a nivel articular ara controlar que no crezcan las dioptrías.
Consejos
- Tanto si somos adultos trabajando delante de una pantalla de ordenador como si hablamos de niños o jóvenes que están jugando o viendo la televisión, es imprescindible que cada 20 minutos se realice un descanso de 20 segundos mirando algún objeto a unos 5 o 6 metros. Esto nos ayuda a hacer descansar el ojo.
- Los niños deben pasar más tiempo al aire libre a lo largo del año, es sano y muy saludable, pero debemos proteger su visión de los rayos solares con unas buenas gafas de sol de óptica.
- Utiliza una buena luz cuando te sientes a leer o a trabajar y haz lo mismo con tus hijos cuando se pongan a hacer los deberes de la escuela. Esto puede marcar la diferencia.
- Lleva a tus hijos al oftalmólogo, aunque no tengan mala visión, para hacerles una buena revisión. Lo ideal es llevarlos a partir de los tres años de manera asidua pero se le puede llevar incluso antes.
Aparte de la miopía, hay una seria de problemas que suelen ser los más comunes en los niños:
- El ojo vago (ampliopía), es la causa más frecuente de la baja agudeza visual en niños. Si se tratan antes de los 9-10 años, el porcentaje de éxito es muy elevado pero, para ello, ha de detectarse en la primera infancia, entre los 3 y 5 años.
- Lo sufre uno de cada cinco niños y en la mayoría de las ocasiones este problema pasa desapercibido porque los pequeños consideran que su vista es normal y no se quejan.
Algunos factores de riesgo que pueden provocar daños en la visión de nuestros hijos son:
- Cuerpos extraños en el ojo que pueden provocar irritaciones y erosiones corneales.
- Golpes por contusiones o pelotazos.
- Exposición prolongada a los rayos solares sin una protección adecuada.
- El pelo en los ojos que impide ver correctamente y puede causar miopía y ambliopía.
- Fijación prolongada de la vista en las pantallas.
- El cloro de las piscinas en verano.
- Aire acondicionado o calefacción demasiado fuertes.
- La diabetes
- Y Antecedentes familiares.